Desde mi modesta opinión, muestro mi admiración y respeto por la Unión Deportiva Levante. Un club histórico del fútbol español, humilde y que gracias a una buena gestión se mantiene en Primera a pesar de sus pocos recursos económicos.
Pero todas estas formas las pierde el club granota gracias al triste e impresentable personaje que tiene como entrenador. No voy a manchar mi artículo nombrando a este ENERGÚMENO.
¿Y por qué lo de energúmeno?, pues por algo tan fácil porque alguien que incita y provoca buscando una agresión intencionada no merece otro calificativo.
Este personaje, durante todo el partido que jugamos ante el Levante el pasado jueves no hizo más que responder con risas despectivas, aplausos, miradas provocativas, contoneándose con lo que desde la grada se le cantaba, y lo peor, buscando provocar la manera que alguien le agrediera desde la grada para que como suele ser habitual en el Betis, nos cierren el Benito Villamarín. Por fortuna, el juez de línea llamó la atención a tan infame personaje y se evitó un posible disgusto en forma de agresión.
Quizás el entrenador del Levante no se haya enterado que en el fútbol, el hecho de que te insulten, se acuerden de tu familia malamente o se mofen de tí viene en el sueldo, y que mientras la sangre no llegue el río, es lo que toca aguantar. Y si tu equipo gana, pues te ries para tus adentros de todos los que te han insultado. Y punto.
Este personaje no hace más que demostrar cada vez que juega con nosotros su grado de resentemiento hacia nosotros, demostrando su nula profesionalidad y que su único objetivo en una temporada es vencer al Betis,o al menos, no perder.
Y lo peor de todo, es que habrá personas en Sevilla que le rian las gracias al entrenador de Utrera. Al igual que pasaba con Mourinho en el Madrid, habrá quiénes vean en este tipo de actitudes algo heroico. Me gustaría ver si la actitud de este violento se diera desde alguien vinculado o ex vinculado al Betis, a buen seguro que la reacción no sería la misma, y estas personas pondrían el grito en el cielo.
Solo espero que este tipo de actitudes no deriven en actitudes violentas. Después, vendrán los lamentos y el poner a los Béticos como salvajes.
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